El envase de un medicamento no
es una simple caja. Aporta información esencial que nos dirige hacia una
administración segura y eficaz. Como futuros profesionales de la sanidad, podremos
interpretar toda su información para resolver muchas de las dudas de nuestros pacientes.
Además, este tema nos presenta palabra nueva para incorporar a nuestra compleja
jerga: el acondicionamiento.
“Acondicionar” un medicamento
es realizar todas las operaciones a las que tenga que someterse un producto a granel
para convertirse en un producto terminado. Esto incluye su envasado y su
etiquetado.
¿Qué podemos averiguar sólo con el acondicionamiento de un medicamento?
Si nos paramos a examinar el envase
de un medicamento nos damos cuenta de cuánta información se puede extraer del
mismo sin necesidad visualizar su interior. Ésta incluye aspectos como la
composición del medicamento, el laboratorio que ha conseguido su autorización o
incluso las reacciones adversas al mismo.
Los pilares en torno a los que
nos tenemos que mover si pensamos en cómo debemos acondicionar un medicamento
son dos: su protección y su identificación. Sin un correcto acondicionamiento,
el medicamento perdería su estabilidad y su integridad y, además, se cometerían
constantemente errores de medicación al no poder identificarlos bien.
¿Frente a qué los protegemos?
➧Ambiente: La humedad, la luz y
la temperatura pueden causar daños que alteren desde su aspecto físico hasta su seguridad.
➧Riesgos físicos: A nadie le
gustaría encontrarse una cápsula abierta o un comprimido resquebrajado por un
golpe cuando comprásemos una medicina…Es más, si alguna vez nos ocurre, debemos acudir
inmediatamente a la farmacia donde se adquirió.
➧Contaminación: Determinados
medicamentos pueden ser un buen caldo de cultivo para bacterias y hongos si no
ponemos las medidas necesarias para evitarlo.
¿Tienen los laboratorios vía
libre diseñando sus envases?
El acondicionamiento de los
medicamentos es un aspecto muy regulado y forma parte de su autorización para
comercializarlos. En España, esta aprobación la obtenemos desde la Agencia
Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS). Por tanto, a ella debe
consultar el laboratorio cualquier cambio en la información contenida en el
etiquetado, la ficha técnica o el prospecto.
Y si quieres saber más…
Aunque parezca un tema
trivial, este proceso se encuentra regido estrictamente por distintas leyes.
Ahora mismo, una de las bases legales que regulan estos procesos es el Real
Decreto 1345/2007 del 11 de octubre. La función de las mismas garantizar que se
cumplen los objetivos del acondicionamiento.
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